¿Te encanta estar de fiesta durante todos los fines de semana y no escatimas en gastos? ¿Compras compulsivamente cualquier cosa que ves en las vitrinas de los centros comerciales? ¡Muchísimo cuidado! Este tipo de hábitos financieros serán capaces de conducirte a la bancarrota en un viaje sin retorno. Quizás estés cometiendo errores de este tipo inconsciente, lo cual puede ser comprensible porque no estamos educados con una adecuada cultura de ahorro.

El consumo desenfrenado ha ocasionado que grandes fortunas del mundo queden sin un solo centavo en la cuenta bancaria, desventándoles la moral a límites inimaginables. Principalmente, porque para nadie es fácil ver cómo sus años de esfuerzos se esfuman como consecuencia de hábitos financieros dañinos en la vida diaria.

Los peores se cometen por ignorancia. Puede que estés en tu mejor momento a nivel profesional, pero aún sigues estancado en ese nivel social mediocre y no hacer anhelado progreso. Continúas considerando a la educación financiera como algo para “tacaños”, debido a que “tú trabajas para hacer lo que te dé la gana con el dinero”.

Hasta cierto punto puede que tengas razón; Sin embargo, debes ser consciente del efecto de tus decisiones en el entorno que te rodea. No llevar un adecuado control de los recursos económicos disponibles con hábitos financieros dantescos, condenarán a tu familia a una vida de miseria y limitaciones. ¿Quieres que esta sea tu realidad? ¡Seguro que no!

Y es que nadie quiere pagar las consecuencias de malas prácticas con sus ingresos. Todos buscan libertad a toda costa como si se tratasen de esclavos sometidos a infrahumanos actos. El detalle es que muchos no son conscientes de  la importancia de ser prudentes con ese dinero que tanto cuesta ganar, pero que se esfuma como el viento al ingresar en nuestras cuentas.

Nuestra intención en este blog es ayudarte a ser alguien íntegro con tus finanzas. ¿Te identificas con algunas de estas prácticas? ¡Esperamos que no!

1.- Uso desmedido de tarjetas de crédito:

Este es uno de los peores hábitos financieros y el más silencioso por así decirlo. ¿Por qué? ¡Muy sencillo! Las tarjetas de crédito son arma de doble filo, debido a que te pueden brindar cierta sensación de poder adquisitivo por unas semanas o meses. Sin embargo, cuando te quedas sin saldo disponible es el momento para lamentarte por haberlas utilizado con absoluto desparpajo.

Los intereses te comerán vivo a final de mes y estarás con el peso de una deuda que lejos de saldar, seguirá creciendo. Es válido utilizar estos instrumentos bancarios en casos de emergencia u ocasionalmente; Pero estar sacando el plástico a diario por cuánta banalidad vés exhibida en las tiendas, estarás cavando tu propia tumba. Tendrás que destinar parte de tus ingresos en deudas relacionadas, lo cual te impedirá disponer de dinero para invertir en otras áreas primordiales como alimentación o vivienda.

2.- Gastar en placer constantemente:

Sabemos que quien trabaja es libre de comprarse lo que desee y satisfacer sus necesidades básicas con dignidad. El detalle es cuando esa “libertad financiera” de tener ingresos se torna en tu contra y terminas dejándote el salario en “ciertos placeres imprescindibles” para vivir.  Aprender a priorizar resulta vital para tener éxito como individuos, porque conocerás cuáles son tus verdaderas necesidades y hasta donde estás disponible a sacrificar para satisfacerlas.

Ojo, con esto no quiero decir que debas estar en extrema dejadez para comprar alimentos, pagar servicios básicos y alquiler. Solo tienes que sopesar entre lo urgente e importante, esforzándote al máximo por optimizar tus finanzas con un uso sabio del dinero que obtienes por tu trabajo.

Si ganas 3.000 EUR mensuales y te gastas 1.000 en cada fin de semana con amigos o salida de compras, terminarás en la pobreza indudablemente. Podrás ostentar este salario fascinante en tu entorno, pero de nada servirá al no contar con un capital suficiente para mejorar tu calidad de vida e invertir en proyectos beneficios a futuro.

3.- No invertir en asuntos importantes:

La falta de inversión es otro de los malos hábitos financieros. Hay quienes aún conciben el hecho de tener casa propia como algo “innecesario”, debido a que están “muy jóvenes” para asumir ese tipo de compromisos o tienen los suficientes ingresos para “permitirse vivir en lugar que quieran”. Esa mentalidad tan absurda e ignorante de no destinar dinero en asuntos realmente importantes, será el peor enemigo para tus aspiraciones de progreso.

Trabajarás incansablemente por 20-30 años y seguirás en el mismo punto de inicio. Todo ese esfuerzo quedará relegado a gastos superfluos, pues preferiste dejarte llevar por el momento en lugar de construir un patrimonio económico para vivir de ello en un futuro.

4.- Falta de cultura para el ahorro:

“No tengo necesidad de ahorrar dinero porque gano muy bien” “Ahorrar es para viejos” Escuchar estas frases es tan insoportable como irritante. Más que nada, porque denotan una conducta soez e indolente con los recursos disponibles. Y lo que más entristece es que la gran mayoría de la población es partícipe de este tipo de pensamientos, los cuales son un arma letal para las finanzas personal.

La ausencia de ahorro en la vida cotidiana irá destruyéndote poco a poco, debido a que terminarás destinando más dinero del habitual para suplir necesidades básicas. Aquí el tema trasciende al simple hecho de ahorrar cada centavo de tus ingresos; Se trata de sacarles el máximo beneficio para obtener un fantástico rendimiento en líneas generales.  

El ahorro permitirá que puedas cumplir esas metas en menos de lo que imaginas, brindándote solvencia en todo momento. Alguien que no es capaz de hacerlo, tampoco podrá ser autosustentable con el paso del tiempo y vivirá sus días ahogado en problemas económicos por no ser lo suficientemente sabio con el manejo financiero.

5.- Tener una actitud negativa:

Es el último hábito financiero de esta lista. Lo dejamos para el final de este conteo, porque la mentalidad es uno de los principales pilares en la construcción de un camino exitoso en términos económicos. Si eres de los que gastan desaforadamente y después te quejas al recibir los extractos bancarios o facturas de tarjetas de crédito, deberías buscar ayuda inmediatamente.

Son duras estas últimas líneas pero resultan totalmente ciertas. Alguien que vive en una constante actitud de queja y subestimando sus capacidades se torna insoportable; Además que se aleja poderosamente de sus objetivos financieros a corto o mediano plazo, debido a que “no se cree capaz de nada” o “todo lo ve muy difícil”.

Encontrará refugio en las malas prácticas como el despilfarro o estar llenando sus vacíos existenciales con excesivas compras. Lo hará porque piensa que “no tiene suficientes motivos para seguir adelante” y “debe vivir al máximo”.